martes, 15 de junio de 2010

Mogarraz en Nueva York

La tablilla de marfil del siglo X u XI fue estudiada por Manuel Gómez Moreno, eminente historiador y autor del Catálogo Monumental de España, Provincia de Salamanca. Allí Gómez Moreno la cataloga y dice que se vendió en Salamanca y que estaba en Estados Unidos, pero no cita donde. Mi trabajo de investigación, junto al Dr Ignacio Pastor Abascal, ha sido bucear, gracias a Internet, en las antiguas revistas de Arqueología del Instituto Arqueológico norteamericano, y fue allí donde encontramos su rastro. A continuación reproducimos el artículo que publiqué en la revista anual de la Peña de Mogarraz.

MOGARRAZ EN NUEVA YORK

Debió de ser en la Navidad del curso escolar 1967/68, cuando regresaba a Mogarraz a pasar mis primeras vacaciones, al comenzar primero de bachillerato en el Instituto Guzmán el Bueno de Madrid. Me habían llevado a estudiar, como se decía entonces. Fue nada más llegar en el coche de línea, llegar a casa, y mi prima Feli me dijo:
.-. ¿Sabes que ya tenemos biblioteca? ¡Venga! Deja la maleta y vamos a verla, antes de que cierre el Ayuntamiento!.
Y efectivamente, teníamos una hermosa biblioteca, que habían ubicado en la planta baja del Consistorio, donde hoy se encuentra el Salón de Plenos. Dª Pepi la maestra, era la bibliotecaria. Inmediatamente me hice socia y me dieron el carnet para poder sacar libros.

Todo esto viene a colación, porque curiosamente, uno de los primeros libros que saqué como socia, fue el Catálogo Monumental de Salamanca, de Manuel Gómez Moreno. Y fue allí, donde por primera vez vi la fotografía de la tablilla de marfil del siglo XI. Tablilla que en su día perteneció a la Iglesia d e Mogarraz, y que según decía el texto de Gómez Moreno ..” ahora se encuentra en Estados Unidos”.

Recuerdo perfectamente que cuando por primera vez supe de este marfil, y de que estaba fuera de España, me emocioné. Y no me doy cuenta muy bien ahora, si fue para bien o para mal. Para bien por haber tenido una joya tan valiosa en Mogarraz y ……bueno, para mal porque ya no nos pertenecía. Me emocioné tanto, como digo, que me prometí un día buscarla e ir a verla si estaba expuesta en algún museo. Hoy me sorprende que una chiquilla de 11 años sacara un libro tan serio como es el Catálogo Monumental de Salamanca, pero ya por entonces me llamaba la atención todo lo relacionado con el Arte y la Historia. Además, si ello suponía ir de aventura a Nueva York, (allí donde mi abuelo Ambrosio Maíllo Criado y otros muchos mozos de su época, habían estado) si ello suponía como digo, ir a buscar el marfil de mi pueblo, mucho más interesante.

La fotografía que entonces vi, la podemos encontrar en el catálogo Monumental de la Provincia de Salamanca en el tomo I la descripción, y en el tomo II, la fotografía. El autor de esta extraordinaria obra fue el eminente arqueólogo D. Manuel Gómez Moreno. Editada en 1967 por el Ministerio de Educación y Ciencia- Dirección General de Bellas Artes.

Gómez Moreno lleva a cabo este trabajo entre 1901 y 1903, y fue debido a una disposición gubernamental de 1 de junio de 1900, que de haberse llevado a cabo en su totalidad, hoy tendríamos un catálogo monumental de toda España, provincia por provincia. Pues bien, Gómez Moreno dedicó a la provincia de Salamanca desde 1901 a 1903, lo que quiere decir, que por entonces nuestra tablilla de marfil se encontraba todavía en Mogarraz.

En el tomo I, Gómez Moreno va describiendo pueblo por pueblo, los monumentos más significativos que en cada uno de ellos encontró. Los estudiaba y clasificaba, recogía minuciosamente su descripción y los fotografiaba. Y es en la página 488 de este primer volumen done Mogarraz comparte página con el monasterio de Hornillos de Arabayona de Mogica. La descripción que hace de lo que vió, dice literalmente:
“ Mogarraz.- Tableta de marfil, que mide 0,064 POR 0,110m , algo rota y con un taladro. Tiene esculpidos en relieve cuatro hombres, en ademán como de descargar un voluminoso pisón sobre otra persona desnuda que parece mujer, los trajes de aquellos se componen de túnica corta y ceñida, capa y zapatos, rostros informes. Me parece obra cierta del siglo XI, comparable a la arqueta de S. Isidoro de León, y sobre todo a un relieve de Kensington, con la Adoración de los Magos. En cuanto al asunto, prevenida su rareza, tan sólo conjeturo que sea el martirio de una de las hermanas de San Vicente, Sabina o Cristeta, que murieron aplastadas en Ávila. Pasó a propiedad del catedrático de la Universidad de Salamanca D. Luis R. Miguel “ y a pie de página fuera del texto se aclara. “Esta pieza fue vendida al extranjero y actualmente se encuentra en los Estados Unidos”

A veces se dice, que todo aquello que deseas con todas tus fuerzas, la mente lo recoge, y con el tiempo el destino se encarga de que se den las conjunciones astrales favorables para que aquel deseo intenso que recogió nuestra mente, se haga realidad. Digo esto, porque hace tan solo una semana acabo de ver, en el Museo Metropolitano de Nueva York, en la sala dedicada al Tesoro Medieval, nuestra tablilla de marfil.

Ciertamente no fue fácil dar con ella, pues sí sabíamos que se encontraba en Estados Unidos, pero en España, nadie había publicado nada de su destino final. Y bien es verdad que gracias a la ayuda del Dr. Ignacio Pastor Abascal, su interés por la Arqueología y a la Historia, y la admiración que tiene por todo lo que interese a Mogarraz, buscando en el inmenso mundo de Internet encontró una publicación de 1920 del American Journal of Archaelogy (Revista americana de Arqueología) cuyo autor, Joseph Breck, dedica todo un capítulo a los marfiles españoles del siglo XI del Museo Metropolitano, y en él dedica cuatro páginas y una foto a la tablilla de marfil de Mogarraz.. El artículo de Joseph Breck nos dió mucha luz, pues hasta entonces todo había sido conjeturas.

D. Manuel Gómez Moreno vió y estudió el marfil en Mogarraz entre 1900 y 1903. Después de estos años, la tablilla pasó a propiedad del Catedrático de la Universidad de Salamanca. Luis R. Miguel, y en 1920 ya estaba en Nueva York. ¿Cómo llegó a Nueva York? Hemos sabido que en Estados Unidos perteneció a la Colección Pierpont Morgan, y después regalada por esta entidad al Museo Metropolitano, entre otros marfiles. En el MM se le asignó el nº de Acceso el 17.190.142 , número con el que continúa actualmente.

La interpretación que hace J. Breck, el arqueólogo americano, es diferente a la que hace Gómez Moreno, y en mi modesto entender más certera la de aquel. Joseph Breck en su artículo de la revista del Instituto Americano de Arqueología habla de la Invención de la Santa Cruz. Es decir, cuando Santa Elena, madre del emperador Constantino decide ir a Tierra Santa y desentierra tres cruces que habían sido enterradas por los judíos, el obispo Macario tiene una visión y le dice a Santa Elena, que de los tres maderos desenterrados, uno pertenece a la Santa Cruz, donde Cristo murió. Para averiguarlo, debería pasar los tres maderos sobre el cuerpo de una persona gravemente enferma o a punto de morir. Y así ocurrió. Santa Elena, siguiendo las instrucciones del obispo Macario, hace pasar los maderos. Y es precisamente esta escena la que representa la tablilla; cuando cuatro personas pasan el madero correspondiente a la Cruz de Cristo, y la enferma parece levantarse. Si nos fijamos bien, lo que acarrean los hombre con capas, no puede ser un pisón, como dice Gómez Moreno, porque el arqueólogo español no s e atreve a afirmar, sino que dice “ por la rareza de la pieza conjeturo…..” Y es que lo que los hombres con capas llevan , si nos fijamos, es un tronco ricamente decorado con motivos vegetales Los hombres parecen estar bien ataviados, por lo que si fueran a matar a una persona con un pisón, ni el pisón probablemente estuviera tan decorado, ni los verdugos tan bien vestidos. Y es más, la mujer parece estar en una especie de recinto, como una piscina, donde dice la tradición que las cruces fueros enterradas y halladas, y además, la mujer yacente parece estar tocando el madero con el brazo, como si se fuera a levantar.

La última parte de esta historia, es que a principios de marzo de este año, me puse en contacto con el Departamento de Arte Medieval del Museo Metropolitano de Nueva York. Mrs. Christine Brenne, responsable del Departamento Medieval del citado Museo , me contestó inmediatamente a través del correo electrónico; diciéndome que la tablilla estaba en exposición en el Tesoro Medieval del Metropólitan en la planta principal, y que si tenía alguna dificultad para encontrarla, cualquier personal del museo, si les preguntaba, me podrían ayudar a localizarla. Pues como se suele decir, ni corta ni perezosa, y aprovechando las vacaciones de Semana Santa me presenté en Nueva York para visitar el Museo Metropolitano, donde se encontraba la tablilla de marfil del siglo XI de mi pueblo, ¡¡ y que nadie había vuelto a saber de ella, desde hacía más de 100 años! A las 9,30 en punto estábamos en la cola del MM para entrar sin demora y poder ver el marfil, que tanto trabajo nos había costado localizarlo. ¡Precioso mogarreños! Fue como encontrarse con un bisabuelo de Mogarraz. La vimos, aunque se hizo la interesante, pues entre tanta joya nos costó localizarla. Se podría decir, que la joya de la corona de Mogarraz está en el Museo Metropolitano de Nueva York. La contemplamos, ¿Cómo te pudieron vender?. Nos preguntábamos allí una y otra vez, delante de la urna de cristal donde la tienen expuesta. También la pudimos fotografiar y organizamos y mantuvimos una entrevista en el Departamento Medieval del Museo con Mrs. Brennen, quien puso a nuestra disposición, y pudimos consultar el expediente de la tablilla. Y nos regaló una estupenda fotografía del marfil de Mogarraz. En fin, que fueron unos momentos muy emocionantes, que a todo mogarreño amante del arte y de su pueblo le invito a experimentar, si va alguna vez a Nueva York. Allí está, en el Museo Metropolitano esperando nuestra visita.

Y ya para terminar, os diré que en la entrevista mantenida en el MM con Mrs. Brennan, ella me corroboró, y así constaba en el expediente, que la tablilla de marfil había sido donada al museo por la Pierpont Morgan Collection, a principios del siglo XX. En el expediente también había una carta donde se hablaba del Catedrático de la Universidad de Salamanca Luis Rodríguez Miguel, último dueño del marfil de Mogarraz.

La parte más triste de esta historia es que el Suma Artis, una prestigiosa enciclopedia española, dice en el volumen dedicado a las Artes Decorativas, que su procedencia es de Mogarraz (Salamanca). Esto, junto con el Catálogo Monumental de Salamanca de Manuel Gómez Moreno, son los únicos documentos con los que nosotros podemos atestiguar que la tablilla de marfil del siglo XI perteneció a Mogarraz, y no a San Millán de la Cogolla, como reza en el Metropolitano . Y la pregunta del millón es: ¿Por qué quien la vendió no informó al comprador de su procedencia?

En fin, que la próxima batalla será demostrarle al MM, que la tablilla procedía de Mogarraz (Salamanca) Spain. Y que así haga constar en la inscripción de la leyenda, y no San Millán de la Cogolla, como así consta hasta ahora.

Resumiendo, y después de meses de trabajo, saco las siguientes conclusiones:
1º Que quien la vendió se cercioró muy bien de que no apareciera el nombre de Mogarraz por ningún lado. 2º Que gracias a Joseph Breck, quien realizó un magnífico estudio sobre ella, sabemos dónde está actualmente y quien la regaló al MM. 3º, Que si queremos que el nombre de Mogarraz aparezca en el Museo Metropolitano de Nueva York, tenemos que aportar documentación suficiente y solicitárselo por escrito al MM. Y esto amigos, será como os digo, la próxima batalla, y por qué no? Volver a Nueva York a ver nuestro marfil del siglo XI, como si de una peregrinación se tratara. ¡ Que por cierto! También hay un Camino de Santiago Americano. Y que pasa por la 5ª avenida, done está la Catedral de San Patricio y un poco más arriba El Museo Metropolitano. Y lo que son las sincronías, el mismo día que salíamos del MM, el día de San Patricio, desfilaban las gaitas y tambores de Santiago por delante del extraordinario museo que acoge nuestra joya. ¿Nos guiaría el Apóstol hasta allí?
Mª Nieves Maíllo Vicente.
Mogarraz / Semana Santa 2008

ÉPOCA EN LA QUE NUESTRA TABLILLA DEBIÓ DE LLEGAR A ESTADOS UNIDOS


¡Y cómo nos emocionamos en la Isla de Elis! Allí mi abuelo llegó un día procedente de Cuba, despues de una estancia en la isla, decidió probar furtuna en Nueva York. Como sabeis la Isla de Elis era la llegada y estancia de cuarenta dias, (cuarentena) que todos los emigrantes tenían que pasar, antes de su entrada en el continente. En la foto podemos ver cómo eran sus equipajes, y cómo y quienes emigraban.